sábado, 11 de noviembre de 2017

LA CUÑADA DE VAN GOGH

La cuñada de  Van Gogh
Los artistas trabajan para dejar plasmado sus sueños, imágenes que son testimonios y que están allí cargadas de experiencias. Todo verdadero creador le preocupa que va a pasar cuando el pase a otro plano. Así, cada día, se dedica a construir su mundo, pero hay un momento que la muerte llega; en vida le preocupaba donde irían aparar todos sus poemas, partituras, escritos, cuadros y esculturas, las cuales, había creado con pasión y esfuerzo.
Hay artistas que en vida han involucrado a su familia, como es el caso del maestro Carlos Cruz Diez, donde su  fallecida esposa Mirta, sus hijos y nietos han construido  una gran fortaleza para la producción y divulgación de sus obras. Hay muchos que corren con la suerte que es la viuda, el hermano, el coleccionista, el marchan, los hijos o nietos quienes van a defender ese legado; unos van, apresuradamente, a malvender las obras o a tratar de publicar sus manuscritos, sin embargo, en vida del artista nunca se preocuparon por él. Hay artistas que al morir sus obras se dilapidan y llega un momento que cae en el olvido y  se pierden. Con Armando Reverón, fueron  Don Alfredo Boulton y otros amigos, quienes divulgaron su obra e hicieron un registro fotográfico y, si no hubiese sido así, al morir sus obras hubiesen ido al basurero, ya que muchos lo vieron como un anacoreta, ermitaño y loco, olvidándose que cuando Reverón se encerró, venía de haber visto obras en los grandes museos de París, Barcelona y Madrid y ya era un pintor con una portentosa obra y de gran valor artístico.


Pero hablemos de la cuñada de Vincent van Gogh. Johanna Borger era la esposa de Théo, el hermano de van Gogh. Relación excepcional entre dos hermanos; uno marchand; y, el otro artista. Cuando Vincent Van Gogh (1853-1890) se suicidó; a los 6 meses muere de tristeza su hermano Théo. Johanna viuda de 28 años, con un pequeño niño; dama muy instruida, se viene a París y ve que en el apartamento de Pigalle, en Montmartre, habían 200 cuadros, ya que a nadie le gustaba su pintura. Él realizó alrededor de 600 pinturas y miles de dibujos.

Johanna comienza a leer las cartas y va conociendo mejor a su cuñado. Al poco tiempo de su muerte organiza una exposición de sus dibujos. Estaba de moda los domingos como día de descanso. Abre una posada restauran en un pueblo cerca de Ámsterdam. Las paredes están decoradas con  “Los Girasoles”, paisajes y figuras… es una manera de divulgar y dar a conocer a su cuñado.
 Después se dedica a buscar los cuadros por diferentes lugares y comienza a exhibirlos en Ámsterdam, los Estados Unidos y Francia. Se da a conocer la producción de este artista; edita la correspondencia entre los dos hermanos, las conocidas “Cartas a Théo” Así, de esa manera va construyendo un nombre y las personas van valorando la obra. Los coleccionistas empiezan a comprar los cuadros. Actualmente, cuando un  Van Gogh aparece en subastas se lo pelean para comprarlo.

Su sobrino, también, llamado Vincent funda la fundación Vincent van Gogh (1960), se ocuparon de divulgar, exponer y dar a conocer ese gran artista. Hacer arte es un camino difícil, y después al morir el artista necesita a alguien que asume esa gran responsabilidad, ya que dar a conocer una obra e imponerla es difícil, se necesita mucho amor y entrega, conocimiento y trabajo; y Johanna  Borger tuvo el  amor y el coraje de luchar por divulgar a su cuñado  van Gogh, como ella muy bien lo llamaba cuando asumió ese gran reto de mostrar lo importante de este creador,  está es la historia del pintor de “Los Girasoles”. ¡Gracias Johanna!
Esteban Castillo                            estebancastillov1941@g

domingo, 1 de enero de 2017

Amarillo y otros colores









 Cada artista tiene una gama de colores diferente que utiliza en sus obras, la cual, depende de su estudio, época y de su misma cultura que determinará los colores que va a utilizar en sus creaciones. Hay artistas, como el francés  Ives Klein que utilizó, de preferencia, el azul añil en gran parte de sus obras y esculturas. La época azul de Picasso fue motivada  a la pobreza,  el azul de Prusia era el más barato. Es el azul de la miseria.




La coloración de amarillos utilizada por Vicent van Gogh en sus “Girasoles”, las cuales, los pintó para recibir su amigo Paul Gauguin, en Arles; amarillos que con el trascurrir de los años se han ido oxidando y tomando unas tonalidades ocres. El barniz que utilizaron los marchand para revivir y  refrescar las obras ha modificado los colores. El amarillo para Vicent van Gogh fue un color que prevalecía en su obra. Cuando hacia la lista de colores predominaban los amarrillos, pedido que él le hacía a su hermano Theo. Según algunos científicos la costumbre de tomar ajenjo o absenta bebida alcoholizada modificó la retina de van Gogh y veía el ambiente más amarillento (Teoría de la absenta) El amarillo de cromo se ha oxidado con la luz de los museos a través de los años.
Los artistas neoplásicos como Piet Mondrian redujeron su paleta al amarrillo, rojo, azul, negro, gris y blanco; eran colocados en su estado puro, lo mismo que todos los integrantes del grupo holandés Stijl y a partir de esta limitación de colores realizaron sus creaciones. Hoy otros artistas quienes utilizaron infinidades de colores como Hundertwasser. Joseph Albers trabajaba con diferentes amarillos, rojos y azueles traído de diferentes partes del mundo. Los colores tienen su magia, sus símbolos y su sacralidad. Cada artista tiene sus colores, es como si viniera en su formación genética; hay una manera de verlos, no todas las personas tienen la capacidad para ver las diferentes variantes y poder armonizarlos. El maestro Carlos Cruz Diez tiene sus colores muy particulares. Para él, desde hace años, hay un color en el espacio, color que se construye a través del desplazamiento del espectador o el color virtual que no están colocados físicamente pero se producen.


Cuando reviso mi obra desde mis comienzos el color amarillo está vigente, en “Las gordas” los blancos y amarillos se mezclan creando diferentes tonalidades; en “Las Máquinas” está presente en grandes planos, flechas, puntos, hojillas y plantillas, como también, en mis primeras obras realizadas en París, en esas obras  de formatos irregulares predominan en ellas el amarillo. En mis obras geométricas, este color está presente, y aparece en armonía en un conjunto de colores. Hay un momento que después que ya he pintado varios formas, algo muy interno, me señala donde tengo que  colocar el cuadrado o el pequeño triángulo amarillo; no es igual en todos los cuadros, a veces, la exigencia de la obra me demanda donde tengo que colocar una nota de gris, azul, verde o rojo.


Ese armónico ensamblaje, esa fraternidad de gamas, se da por los años de experiencia mezclando colores. He aprendido a ver y es muy posible que desde mi niñez fuera asimilando el secreto de las combinaciones cuando al lado de mi madre veía como ella cruzaba los diferentes hilos de colores en su pequeño telar para hacer las capelladas...
No puedo dejar de mencionar al maestro José Requena. Estaba pintando mi primer paisaje,  veía la pared blanca y utilizaba el blanco del tubo directamente; se me acerca y él me dice: “Esa pared no es blanca, hay en ella muchos matices de colores” y, desde ese momento, aprendí a ver el cromatismo de las cosas. Hoy trabajo con todos los colores, pero el amarillo y el azul, me atraen, pero, sé dónde los voy a colocar. Esos son los secretos y la gran magia de los colores y hay muchos artistas que los colores forman parte de su lenguaje.
Esteban Castillo                                                  estebancastillov@gmail.com